EL DERECHO A PROTESTAR
La movilización social en Argentina tiene una larga tradición. Las protestas en las calles de Buenos Aires y otras grandes ciudades del país han tenido una presencia significativa en la vida de los argentinos. Desde 1880 y hasta 1930 se definieron principalmente por los conflictos obreros, pero a partir del último cuarto del siglo XX empezaron a gestarse movilizaciones que fueron muy significativas en las décadas siguientes.
Hoy en día, en plena vida democrática, la organización y acción de protestas en la vía pública se han convertido en una experiencia cotidiana, de tal forma que se legitima como un recurso para sostener demandas sociales de diversa índole.
Ya no son movimientos ligados únicamente a la clase trabajadora, sino que se trata de un fenómeno heterogéneo tanto por sus actores e intensidad, como por sus modalidades y tipos de demandas.
Son de mi particular interés aquellas movilizaciones que refieren a un genuino reclamo por la ampliación de derechos, por exigir justicia, por sostener la memoria, los reclamos vecinales, y todas aquellas protestas que cuentan generalmente con el apoyo de las organizaciones de derechos humanos.
En éste contexto mi registro fotográfico Involucra las grandes protestas de transformaciones de tipo estructural y que son transversales a varios sectores de la sociedad: grupos de víctimas por violencia institucional, accidentes y tragedias, movimientos de diversidad sexual, productores agropecuarios vulnerables y asambleas ambientalistas. Incluye también a grupos que se ven permanentemente amenazados por la ampliación de fronteras agropecuarias y actividades extractivas, ya sean comunidades campesinas o indígenas, a las cuales se les priva de sus derechos al territorio, a la alimentación adecuada y la vida digna.
Esta gran diversidad de las demandas pone de manifiesto la cada vez más habitual participación política de la sociedad y por ende su legitimización. Sin embargo, es preciso remarcar que muchas de ellas y dependiendo de los diferentes gobiernos de turno han sido fuertemente reprimidas por las fuerzas de seguridad. Argumentando la libre circulación, la armonía social, y el orden público hubo gobiernos que han cambiado el paradigma de la intervención e incorporado muy fuertes restricciones al derecho a la protesta. El descontrol del uso de la fuerza, los muertos y heridos por la represión policial no forman parte de mis fotografías, no porque no me resulte importante su registro, sino porque lo he considerado parte de la labor de aquellos reporteros y periodistas que lo realizan de forma profesional.
