La calidez del paisaje invernal.

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Durante los meses de invierno, en estas latitudes extremas, el sol apenas acaricia la superficie de la tierra. Asoma tímido recién a media mañana y por la tarde ya empieza a ocultarse de nuevo. Para el horario de tomar la merienda ya casi es de noche. Madrugar resulta algo imposible. Sin embargo, al menos mientras no hay tormentas de nieve, los días son tranquilos, reina una paz absoluta y toda tierra es blanca. Los cielos son amplios de colores sublimes.